Cuando hablamos de curar el mate
estamos dando por sentadas dos cosas: que tenemos un mate nuevo y que es de
cierto tipo de calabaza. El resto, no requieren procedimiento alguno para ser
usados, especialmente si son de madera, caña, guampa, metal, cerámica, vidrio o sintéticos
(plástico o silicona).
Tratándose de calabaza debemos
tener en cuenta que hay una variedad que no trae ningún “residuo” en su
interior. En ese caso, basta con ponerle un poco de agua y dejarlo un rato
hasta verificar que no pierde. Luego, se puede comenzar a usarlo. La otra
variedad es la que tiene en su interior cáscaras adheridas a la pared y hasta
semillas. Eso es lo que hay que quitar, fundamentalmente porque puede resultar
indigesto.
Dado que el mate y su mundo no
constituyen una ciencia exacta, hay muchas maneras de curar un mate. La más
difundida recomienda:
·
enjuagarlo y llenarlo con yerba ya usada (que no
haya sido de mate dulce) por espacio de tres días, renovándolo cada día.
·
En cada recambio de yerba hay que raspar el
interior de la calabaza con una cucharita para ir extrayendo las fibras
residuales.
·
Luego de ese tiempo, si se comprueba que ya no
queda más nada para quitar, enjuagar bien con agua caliente y
·
dejarlo escurrir boca abajo sin tapar del todo
la boca. Por ejemplo, podemos clavar una ramita en la tierra (si no tenemos
patio, en una maceta) y dejar que se escurra por completo. Ya está listo para
empezar a cebar.
·
Según los gustos, se le puede dar un enjuague
final con alguna bebida blanca.
·
Si se lo va a usar para mate dulce, con la
calabaza aún húmeda colocar una o dos cucharaditas de azúcar y una brasa
pequeña, tapar la calabaza y agitarlo de manera que el azúcar se adhiera a las
paredes y al mismo tiempo que queme formando una especie de caramelo.
Hay también quienes como paso
final al curado le pasan leche o manteca para sellar los poros. Sin embargo, de
este modo haremos que el recipiente nunca adquiera el sabor intenso de un buen mate,
dado que la superficie porosa hace que con el tiempo y el uso se impregne cada
vez más del sabor de la yerba.
Así, es común escuchar que el
mate “se cura usándolo”, una manera de señalar que cuanto más uso, mejor sabor
adquiere.