La yerba canchada (el canchado es la primera molienda, que da como resultado un trozado grande) antes de ser procesada para su consumo en nuestro país es almacenada en bolsas de aproximadamente 50 kilos por un lapso variable, con el objeto de lograr un color, sabor y aroma acorde con el gusto de los consumidores.
Con el avance de las nuevas tecnologías, este proceso puede ser de tipo natural o controlado. El tradicional es un proceso que oscila en su duración entre 6 y 24 meses.
El de secado acelerado se realiza en cámaras de atmósfera controlada, lo cual permite reducir el tiempo a unos 30 o 60 días, con la consiguiente ventaja de que la mercadería ingresa al mercado más rápidamente y de ese modo se vende más rápido.
Claro que para el buen matero el resultado al paladar no es el mismo que en el estacionamiento natural, sobre todo teniendo encuentra la preferencia por el gusto dominante en nuestro país. Sumado al tiempo de estacionamiento, en los envases se lee la recomendación de consumirla dentro de los 24 meses de envasado.
Por eso llama la atención leer en el envase de una yerba brasileña una diferencia de tres meses entre la fecha de envasado y la de vencimiento. Demás está decir que el color de la yerba es verde intenso, como de pasto recién cortado.
Es sólo una cuestión de gusto del mercado consumidor. Y en el caso del estacionamiento controlado, meros intereses comerciales.